38hs Hard seat

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Kunming, Beijing
China
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38 horas-Hard Seat

La música de la estación suena, las puertas se cierran, el tren se pone en marcha y empieza la cuenta regresiva. Quedan 38 horas para llegar a destino en un encierro de ventanas fijas donde el reloj se detiene en un paisaje que no cambia: parece que avanzamos en espacio pero no en tiempo.

Cada dos horas un policía de la mugre se anuncia a los gritos, con violencia barre los pies de quienes duermen para limpiar las cascaras de pipas escupidas que nadan entre plásticos, botellas y pis de bebes que no usan pañales. Tienen el cuerpo vestido salvo por un agujero descubierto en la entrepierna para que puedan hacer pis mientras la madre lo sostiene sobre el tacho de basura, a centímetros de tu cuerpo, y claramente no le emboca.

De pronto más gritos, una mujer también vestida de policía arrastra un carro con pipas, sopas instantáneas, fetas de carne envasada al vacio y gaseosas. Similar a un avión, el carro apenas pasa por el pasillo abriéndose camino entre piernas y brazos que sobresalen de las angostas butacas. A pesar de las apariencias, el tapizado azul no cubre un esponjoso sillón sino una dura silla con respaldo a 90° en la cual ninguna postura posible es cómoda. no por nada el nombre de la clase más barata, hard seat.

Las sopas de fideos instantáneas emanan un olor intenso, el aire artificial condensa el calor y la incomodidad de los asientos empieza a hacer efecto, las caras denotan cansancio y aburrimiento. Celulares y laptops ayudan a matar el tiempo mientras tengan batería, algunos  juegan cartas y pasean por el vagón charlando con los vecinos.

Junto al baño hay un gran termo de agua caliente para hacer sopa o té. Más allá, junto a la puerta de salida cerrada, el sector fumadores. Nunca esta vacío, a veces demasiado lleno y hay que hacerse lugar entre el humo de bong y los banquitos plegables de quienes no tienen asiento. Hay miles de marcas de cigarrillos, el tabaco es una adiccion enorme en china y se usa como prejuicio social “dime qué cigarrillo fumas y te diré quién eres”. Somos peces nadando en humo golpeando la nariz contra el vidrio, el límite de la pecera. La tecnología del tren parece no encajar con ninguno de los pasajeros de diferentes etnias chinas, y empiezo a pensar que quizá nunca bajemos de este tren, que la vida dura 38 horas y hard seat (asiento duro) es la forma que nos toca vivirla.

Dos horas antes que el tren llegue a destino los pasajeros empiezan a prepararse. Las chicas se maquillan, se pienan y algunos hombres se afeitan como si estas actividades apuraran la llegada. Los altoparlantes de la estación pasan una marcha triunfal: lo logramos. La gente que hace más de 10 minutos espera parada se empieza a aplastar contra la puerta para salir corriendo del infierno. Para rematarla, un policia de estación te grita para que te apures -no vaya a ser que pierdas tiempo.

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